El cuento de la princesa Kaguya

Hay obras que te impresionan haciendo que te quedes corto de palabras porque no encuentras la adecuada para describirla. Esto es precisamente lo que me sucedió con "El cuento de la princesa Kaguya". 

Esta joya del cine de animación está basada en un cuento popular japonés (de autor desconocido, aunque no sería raro atribuirlo a una mujer) y con el cual nos adentramos a la mitología, cultura y folclor japonesa.  La dirección de Isao Takahata es una dirección bastante fina, certera y delicada en el manejo de la historia, el encuadre, y también impresiona en la forma en que pudo adentrarse en el pensamiento y sentimiento de la princesa, logrando que como espectadores lleguemos a sentir identificación y empatía con ella, llegando a encariñarnos.

El origen de esta princesa es bastante inusual, ya que la misma es encontrada dentro de una planta de bambú y adoptada por una pareja de ancianos campesinos, quienes suponen que ha sido una bendición del cielo, y se dan cuenta que Kaguya es especial; y es que Kaguya crece más rápido de lo normal, y porta una belleza extraordinaria. Todo era perfecto y Kaguya era feliz, hasta que su padre se dió cuenta que había que darle a Kaguya el estilo de vida para el cual ella está destinada: Ser una princesa. 

Este filme provoca de manera inevitable que nos frustremos y nos cuestionemos acerca de la felicidad, la cual es relativa; lo que hace feliz a algunos no hace feliz a otros. En un intento por proteger esa felicidad, a veces intentamos adelantarnos a lo que es correcto o lo que entendemos que será mejor, pero la felicidad es extraña, ya que sin darnos cuenta, las cosas menos pensadas son las que nos hacen verdaderamente feliz como correr, reír, compartir con amigos o mirar la naturaleza, es decir, las cosas simples de la vida; pero al elegir y decidir nuestro camino, debemos enfrentar las consecuencias de todo lo que implica esa forma en que elegimos vivir; que en mucho de los casos, no sabemos como esas mismas decisiones afectan a la felicidad y bienestar de otros. En otras palabras, la felicidad es una responsabilidad.

Al final, como seres humanos, no nos queda más que recordar, comprender, extrañar, sufrir, llorar, reír, y enfrentar y vivir todo lo que la vida nos trae, porque al final, el tiempo pasa rápido y nos perdemos de esos pequeños instantes de alegría plena, ya que como dicen por ahí, la felicidad son solo momentos; esos momentos en que llegamos a amar y ser amados sin juzgar al otro, y cuando entendemos que cada quien es especial por el hecho de existir, sin importar la condición de esa existencia.

Técnicamente la película es hermosa:  La música es de ensueño y no se te van de la cabeza todas esas hermosas melodías que intensifican las emociones en el filme. Los colores utilizados, además del voice-over de los actores es igual de fantástico, impregnando todos los sentimientos de los personajes.

A pesar de que el filme consta de algunos excesos y de escenas que talvez estuvieron de más, El cuento de la princesa Kaguya es una joya del cine de animación japonés que merece ser vista y apoyada. Siempre he pensado que una buena historia es aquella que con los años va cobrando valor y se adapta a las condiciones humanas,por lo que sin lugar a dudas, podemos decir que a pesar de ser un cuento antiguo, "El cuento de la princesa Kaguya" se adapta a la realidad, porque es una historia con valores universales y trata temas muy humanos. En resumen: SUBLIME.


"Esa felicidad que deseabas para mi fue difícil de soportar"

Ficha Técnica:
Dirección: Isao Takahata
Guión: Isao Takahata, Riko Sakaguchi
Producción: Yoshiaki Nishimura, Toshio Suzuki, Seiichiro Ujiie
Música: Joe Hisaishi
Reparto: Aki Asakura, Kengo Kora, Takeo Chii, Nobuko Miyamoto
  • Año: 2013








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